Galería del Consejo Universitario

Exposiciones

Ilusiones

 


Exposición: Del 4 de marzo al 11 de abril, 2024

Obras:


Reversos:

El reverso es la sombra, lo opuesto a la hegemonía, lo que oculta la máscara. Y al mismo tiempo, es solo la forma de comprobar las habilidades técnicas. Como si de un espectro de significado se tratara, entre ambas concepciones el reverso es además proceso. La saturación de hilos y sus cambios, las distancias de las puntadas y entre ellas, la cantidad de nudos y los patrones son muestras de cómo fueron bordadas las ilusiones. La intención no es desvalorizar la pared opuesta, sino más bien apreciar lo negado a simple vista.


La exposición

Ilusiones

Lo real no lo conozco.
La realidad ha sido vendida. Pero los recuerdos, gracias a su transformación, permanecen.

Esta exposición reúne cuarenta recuerdos relacionados directamente con mi trayectoria como estudiante de la Universidad de Costa Rica. Cada una está compuesta por una abstracción de un recuerdo en hilo negro, las personas se vinculan en rojo y las condiciones del día como la luz del sol, la sombra, el viento y la oscuridad, en tonos no muy distintos de blanco y gris, muestran en conjunto un proceso de (auto)conocimiento.

Aquí nada es verdad. Estos bordados son momentos proyectados unidirecionalmente, que cambian cada vez que se visitan. Pero aún así, a pesar de tan poca certeza y constancia, persisten. Y eso debe tener algún sentido.

Revisitar este archivo personal permite sistematizar la experiencia de seis años universitarios y seguir comprendiendo cómo, a través de mi exposición (acción de exponerse), está hilada a la de muchas otras personas, permeada por entornos, coincidencias y sujeta a las mismas estructuras opresoras.


Texto curatorial

Ilusiones desbordadas

La exposición Ilusiones de Julissa Santamaría Cubero reúne un grupo de bordados, los cuales –según la artista– son “cuarenta recuerdos relacionados directamente con mi trayectoria como estudiante de la Universidad de Costa Rica”. La muestra consta de una suerte de archivo táctil, donde mediante el bordado plasmó las memorias su vida universitaria.

Cada obra está “compuesta por una abstracción de un recuerdo en hilo negro, las personas vinculadas en rojo y las condiciones del día como la luz del sol, la sombra, el viento y la oscuridad en tonos no muy distintos de blanco y gris muestran en conjunto un proceso de (auto)conocimiento”, explicó Santamaría.

Cada pieza funciona como una captura simbólica de las vidas vividas, de los recuerdos creados día a día entre las paredes y espacios que conforman la Universidad. Ese vínculo afectivo con la U es el eje emocional que articula esta muestra y nos vincula no solo con las obras, sino con las demás personas que aprecian cada bordado. Ahora bien, estos momentos no están suspendido o fijos en el tiempo, sino que para la artista “los recuerdos, gracias a su transformación, permanecen”. El ritmo de la aguja que trenza los hilos remite a esa idea de transformación atesorada por la artista. Cuando miramos cada pieza trabajada a mano, podemos seguir el movimiento del hilo: cómo este se entrelaza con la tela, ese soporte opaco.

Para Santamaría, “estos bordados son momentos proyectados unidireccionalmente que cambian cada vez que se visitan”. La mirada y desde dónde se miran son esenciales, por lo que es necesario observar más allá de la cara frontal de estos bordados, hay que ver también su reverso.

Por detrás de la imagen bordada, podremos encontrar una maraña de amarres, hilos sobrepuestos, líneas sin sentido, que en todo su desorden dan vida a la cara frontal de estas piezas. En definitiva, la reflexión es estimulante: el sinsentido de los recuerdos va de la mano con su significado final, con su peso emocional en nuestra experiencia vital, en nuestra memoria. La vida se gesta en ese delicado balance entre el sentido y el sinsentido, entre el orden y el caos, tan palpables en el bordado.

La artista ha manifestado que con esta exposición revisita un “archivo personal (que) permite sistematizar la experiencia de seis años universitarios y seguir comprendiendo cómo mi exposición (acción de exponerse) está hilada a la de muchas otras personas, permeada por entornos, coincidencias”. De manera que el bordado como lenguaje simbólico se presta para evidenciar experiencias profundamente humanas, creadas en el seno de la Universidad: La vivencia de la soledad podría estar plasmada en los pequeños y delgados hilos en el soporte; o los entrecruces de nuestras vidas, representados por las líneas y los colores contrapuestos y trenzados entre sí; los alejamientos y la grandeza de estas experiencias quedarían, entonces, patentes en los espacios vacíos de cada obra.

Sofía Vindas Solano


La artista

Julissa Santamaría Cubero

Julissa es originaria de Sarchí y estudiante de Arquitectura en la Universidad de Costa Rica desde el 2018. Durante estos años de formación profesional, ha tratado de enlazar el bordado con la arquitectura desde una perspectiva crítica y experimental.

Su propuesta artística busca problematizar y transgredir los límites entre disciplinas, la dicotomía entre lo académico y lo no académico; en sus obras, el bordado se concibe como una forma de resistencia ante el sistema excesivamente acelerado y patriarcal.