Consejo no aprueba inversión millonaria e impide demolición de Biblioteca Carlos Monge
Zaida Siles Rojas y Alejandra Amador Salazar, Periodistas
El Consejo Universitario destacó el valor emblemático que tiene el edificio de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, inaugurado el 24 de marzo de 1970. (Foto. Andrea Jiménez)
El Consejo Universitario excluyó el monto de ¢5.713.716.976,06 (cinco mil setecientos trece millones setecientos dieciséis mil novecientos setenta y seis colones con 06/100) del Presupuesto extraordinario N.° 2-2018 de la Universidad de Costa Rica (UCR), presentado por la Rectoría, destinados al proyecto de construcción de un nuevo edificio para la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, y que implicaba la demolición del actual inmueble.
La decisión se tomó en la sesión del pasado 3 de julio, al aprobar el plenario un dictamen de minoría presentado por el Dr. Guillermo Santana Barboza, miembro de la Comisión de Asuntos Financieros y Presupuestarios, en relación con dicho presupuesto extraordinario.
El proyecto de la Administración pretendía demoler el edificio para construir una nueva biblioteca que se ajuste a los requerimientos actuales, al argumentar que la actual estructura había sido dañada por los terremotos de 1990 y 1991, a pesar de que el edificio fue reforzado en 1998. La Administración también planteó la obsolescencia de los sistemas eléctrico y mecánico del inmueble. Además, aseguró que no existe impedimento de valor patrimonial para su demolición.
Aunque el Consejo Universitario reconoce la importancia de invertir en nuevos edificios, considera que la mejora en la planta física de la UCR adquiere características negativas cuando esa inversión se hace a expensas de eliminar edificios que se encuentran en condiciones normales de operación. Agregó que sería de mayor utilidad emplear los fondos disponibles para crear nuevos espacios y no en una sustitución innecesaria de los ya existentes.
En el caso de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro, el plenario resaltó que este edificio fue intervenido estructuralmente hace 20 años, garantizándose con ello su adecuado desempeño ante la amenaza sísmica. Asimismo, por su función y lo significativo de su presencia en el campus, tiene un valor emblemático al ser la primera biblioteca de la UCR.
Agregó que sería más conveniente para la Institución fortalecer el Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información (SIBDI), pues el concepto de biblioteca universitaria como un lugar físico fue superado con la creación de este Sistema en 1985.
Adicionalmente, el Órgano Colegiado le indicó a la Administración que esta propuesta no es consistente con las necesidades expresas de mantener la sostenibilidad financiera en la UCR, y que la demolición de un edificio en plena vida útil debe ser justificada en todos sus alcances (técnicos, económicos, financieros y políticos), elementos ausentes en los documentos enviados por la Administración, por solicitud de la Comisión de Asuntos Financieros y Presupuestarios, durante el análisis de este Presupuesto extraordinario 2.
Frecuentemente falta agua en el edificio (incluso se escucha internamente en la tubería lo que cuesta que ascienda el agua a los pisos superiores.
Es una necesidad estudiantil y para la comunidad nacional el contar con una biblioteca con buenos servicios, sin duda debería reconsiderarse esta decisión.
Pero sobre todo, nada más errado que concebir la idea de que la biblioteca universitaria es un lugar físico que fue superado con la creación de este Sistema en 1985.
La plataforma de atención, entendida como edificio, sufre de grandes carencias en el sistema eléctrico, espacios para conectar dispositivos eléctricos, los servicios sanitarios y los lugares de trabajo, que en conjunto, impiden en muchas ocasiones, lograr el bien común. Por tanto, lograr un buen edificio resulta de gran necesidad para la comunidad universitario.
Invito a los señores del Consejo Universitario a visitar nuestras instalaciones.
Divulguemos, hagámosla sentir.
Seguirá teniendo vigencia el pensamiento del Prof. Carlos Monge Alfaro….
"En la biblioteca es en donde la vida académica alcanza su mayor y más promisaria dimensión. El hombre vuelve a ser hombre en su plena y elevada acepción: se recoge en sí mismo, es espíritu puro".
Las bibliotecas del siglo XXI brindan bienestar, esparcimiento, descanso y sobre todo la posibilidad de socializar el conocimiento. Todo esto se puede lograr sólo con una infraestructura que incluya a las poblaciones de madres en estado de lactancia, para que no se vean obligadas a renunciar a sus estudios por falta de espacios adecuados; que incluya a las poblaciones con alguna discapacidad, por medio de tecnología y espacios apropiados a sus necesidades, entre otras poblaciones, muchas veces marginadas por la sociedad.
La Biblioteca Carlos Monge Alfaro, si bien no es la biblioteca universitaria desde 1985, es la Biblioteca Central del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Costa Rica y que por su trayectoria y locación, constituye el centro medular o corazón de la Universidad de Costa Rica, albergando a todas las poblaciones de las distintas carreras y es siempre el foco de presentación y atención de los medios de comunicación, cuando se refieren a la universidad.
Su importancia por lo tanto, trasciende lo práctico y devela a la Universidad que tenemos, ¿cuál imagen desea la Universidad de Costa Rica bridar al mundo? ¿Será acaso anticuada, incómoda, estrecha, sin espacios o deseamos mostrar una Universidad a la vanguardia y acorde a la calidad y excelencia que buscamos?
La población de la Universidad de Costa Rica merece una biblioteca acorde a sus aspiraciones y a la excelencia que busca, que lo motive a investigar y a crear conocimiento, con el cual se construya la universidad que queremos.
A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA
9 de julio de 2018
En los próximos años, debido a la situación fiscal, es improbable que el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) crezca más que la inflación anual. La situación fiscal del país tiene implicaciones para la Universidad de Costa Rica. El Gobierno de la República anunció que no habrá aumento del presupuesto nominal de las instituciones estatales para el 2019 – sin excepción -, debido a la difícil situación económica por la que atraviesa la hacienda pública y, por supuesto, esto incluye el FEES. y ahora quieren demoler la biblioteca carlos monge alfaro y gastar ¢5.713.716.976,06 (cinco mil setecientos trece millones setecientos dieciséis mil novecientos setenta y seis colones con 06/100. sin nin guna justificacion, me parece, que aqui hay gato encerrado y deberia haber una investigacion departe de la contraloria general de la republica y del ministerio publico para que investiguen estos intereses tan insistivos de hacer edificaciones millonarias sin tener dinero en el presupuesto. donde estan los derechos de los funcionarios y sus salarios ganados por antiguedades y estudios. se recorta el pago de anualidades, de aumentos salariales, etc,etc, porque no hay dinero, pero si para hacer miles de edificios multimillonarios por todo el campus sin justificaciones, cuidado con las platas del fees.
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