UCR reitera cero tolerancia al hostigamiento sexual y la violencia contra las mujeres
Alejandra Amador Salazar, Periodista
Para el Consejo Universitario la violencia, acoso y hostigamiento sexual son problemáticas multidimensionales, incitadas por discursos de odio que permiten la perpetuación de estereotipos y roles de género discriminatorios que atentan contra los derechos humanos.
El Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR) reiteró su rechazo a todo tipo de violencia contra las mujeres y reconoció la problemática de abuso, acoso y hostigamiento sexual, laboral y político que afrontan en el país y en el mundo.
Esto lo hizo mediante un pronunciamiento, el cual fue promovido por la representación estudiantil ante este Órgano Colegiado (Natasha García Silva, Valeria Bolaños Alfaro), en conjunto con el Dr. Carlos Araya Leandro y el Dr. Jaime Caravaca Morera.
En días previos a la aprobación de este documento y como resultado de una serie de denuncias que han surgido en al ámbito internacional, se ha hecho evidente que, también, en las instituciones universitarias las mujeres sufren de situaciones de abuso sexual y violencia de género que no deben ser permitidas. El Consejo Universitario considera que dicha situación es una llamada de atención sobre las acciones pendientes para erradicar las relaciones de poder, prácticas académicas autoritarias y una cultura de orden político patriarcal, que violenta a las mujeres de diversas maneras.
En ese sentido, reconoce que son muchos los casos en que la Institución les ha fallado a las mujeres universitarias, sean estudiantes, académicas o administrativas, y por eso se disculpa con ellas. Además, considera fundamental tomar conciencia de los errores cometidos y reafirma su compromiso a seguir luchando para erradicar cualquier manifestación de violencia en su contra.
Atención del problema
Para el Órgano Colegiado, como centro de pensamiento y reflexión crítica de la sociedad, la UCR tiene la responsabilidad de generar acciones para erradicar cualquier forma de violencia que transgreda los derechos de las mujeres, debe luchar por la visibilización constante y en contra del silencio cómplice en los espacios universitarios.
En ese sentido, y como una forma de promover la atención a esta problemática, insta a la comunidad universitaria a habilitar espacios de discusión sobre las relaciones de poder, violencia y extractivismo académico que viven las mujeres dentro y fuera de esta casa de estudios superiores, con el objetivo de plantear acciones resolutivas contundentes en pro de erradicar las condiciones materiales y simbólicas que perpetúan una estratificación universitaria que atenta contra la libertad y el desarrollo integral de las mujeres.
Asimismo, aseguró que es esencial fortalecer la atención de la Universidad ante cualquier situación de violencia, de manera que las mujeres se sientan seguras y se les garantice que la Institución dispone de los mecanismos de respuesta adecuados y pertinentes para intervenir ante toda práctica que violente sus derechos fundamentales.
Hay mucho por hacer, y cabezas deben rodar.